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miércoles, 27 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS EN JAPON


No, no se equivoquen, no me he ido a Japón a celebrar el domingo de Ramos, sino al asentamiento humano de Japón en los cerros que dividen el distrito de Villa María del Triunfo de San Juan de Miraflores, en el cono sur de Lima,  perteneciente a la cuasi parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Nazaret.
            El domingo de Ramos tuve tres celebraciones. La primera a las 6,30 de la mañana en la cuasi parroquia, la segunda en San Pedro y Japón a las 10 de la mañana y la tercera a las 4 de la tarde en la capilla Santísima Cruz en los asentamientos de Paraiso Alto y Manantial en la parroquia de San José de Nazaret.
A las  6,30 de la mañana tuvo lugar la primera bendición de Ramos del día en la loza deportiva de 30 de Agosto y la procesión hasta la cuasi parroquia Sagrado Corazón donde tuvo lugar la celebración que abre la Semana Santa, el domingo de Ramos o de la pasión del Señor. Había más de 400 personas con la capilla a rebosar y con bastante gente fuera pues es una capilla pequeña. La celebración muy bien preparada  por el grupo de adolescentes y   la legión de María y con presencia de muchos jóvenes. Tras un copioso desayuno con los jóvenes de la parroquia nos subimos andando al asentamiento humano de Cumbres de San Pedro donde a las 10 tuvimos la bendición de Ramos al lado de la gruta de San Pedro. No había mucha gente, unas veinte personas, que junto con los chicos de confirmación y adolescentes y algunas parejas guías de catequesis familiar, iniciamos la procesión de Ramos hasta el asentamiento humano de Japón. La sorpresa fue grande cuando llegamos y nos encontramos en la capilla unas doce o catorce familias con todos sus niños y algunos jóvenes, prácticamente todos los católicos del asentamiento según nos dijeron pues el resto pertenecen a distintas sectas que hay en el asentamiento con sus correspondientes iglesias. La dejadez por parte de la parroquia durante años ha provocado la invasión de las sectas en este asentamiento el más humilde de toda la cuasi parroquia. El día anterior los jóvenes de confirmación habían estado toda la tarde limpiando la capilla de Virgen de Guadalupe en la cual hacia ya más de un año que no se celebraba una Eucaristia. La celebración fue muy bonita, con la música de fondo de varios pequeños llorando o jugando y con las madres preocupadas a las que tuve que decir que no pasaba nada, que no molestaban en absoluto. Tras la celebración estuvimos midiendo el terreno para calcular los materiales que necesitamos para arreglar la capilla pues todos coincidimos que lo mejor es echar abajo lo que hay completamente en ruinas (poner el piso de cemento, y una sencilla edificación de madera). Los vecinos se comprometieron a poner la mano de obra haciendo faenas y también a organizar alguna actividad para recaudar fondos. También se decidió hacer una cruz grande de madera para que se sepa que es una capilla católica en medio de 5 o 6 capillas de diferentes sectas.
            Tras comer con la familia del coordinador de la parroquia y algún joven más que se agrego, sin tiempo para descansar, me dirija a la capilla de Santísima Cruz donde llegue a las 3,30 de la tarde. Ya había varios agentes de pastoral en la capilla preparando todo para subir andando hasta el asentamiento de Manantial (unos 200 metros en una cuesta muy parada como dicen aquí) donde tuvo lugar la bendición de Ramos. Contamos con la presencia de un coro de jóvenes y niños que ha surgido en un colegio de la parroquia que animo la procesión de Ramos hasta la capilla con una gran chiquillería que alzaban sus ramos con alegría y que me llevaba a pensar que algo parecido debía ser la entrada de Jesús en Jerusalén por el huerto de los olivos. Había más de cien personas en la capilla quedándose gente de pie con una celebración muy bien preparada por el pequeño grupo de agentes de pastoral de la parroquia. Al terminar la celebración me pase por la capilla de Santa María Reina en El Paraiso donde estaban preparando la celebración de la Vigilia Pascual que presidiré yo el sábado a las 8 de la tarde. Cuando llegue a casa eran las 9 de la noche. Estaba tan cansado que solo me dio tiempo a comer y pronto me acosté.
            Un día completo de trabajo y asi me espera el jueves, viernes y sábado pero no me quejo. Sólo ver la alegría de las familias de Japón que llevaban más de un año sin tener una eucaristía en su capilla ya merece la pena todo el esfuerzo del día. Os mando algunas fotos de la bendición, procesión y misa en Japón, en el asentamiento humano de Japón, que quede claro que no me he ido al Japón.

                                   Padre José luis Calvo


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