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sábado, 29 de diciembre de 2012

CHOCOLATADAS, PANETONES Y JUGUETES POR NAVIDAD PARA LOS NIÑOS POBRES


En los días previos a la Navidad es tradición que en el Perú, y concretamente en Lima, muchas personas e instituciones vayan a los asentamientos humanos más pobres llevando chocolate, panetones, juguetes y en algunos casos shows para divertir a los niños. En principio hay que alabar este detalle de solidaridad y agradecer a las personas e instituciones que hacen posible que tantos niños pobres reciban estas cosas que sus padres no pueden proporcionárselos. Pero aclarado esto, porque es de justicia, si me gustaría hacer una reflexión más profunda de todos estos eventos desde mi condición de sacerdote en una de las zonas más pobres del cono sur de Lima, en los cerros de Villamaria del Triunfo y también desde mi compromiso tanto en España como aquí en la institución socio-caritativa de la iglesia católica, cáritas.  Desde cáritas parroquial hemos canalizado algunos de estos eventos de tal manera que no se quedara ningún asentamiento humano sin recibir nada y que otros tuvieran varios eventos. Algo hemos conseguido porque algunos grupos si se han puesto en contacto con nosotros y porque hemos cubierto desde cáritas algunos grupos de personas menos favorecidos con  eventos. Pero a pesar de todo, porque muchos grupos no coordinan ni con la parroquia ni con las asociaciones vecinales, ha habido zonas donde los eventos se han repetido incluso en el mismo día. A esto  hay unir la “picaresca” de muchas madres que recorren todos los eventos que pueden aunque sea lejos de donde viven (yo he visto con mis propios ojos como una madre con dos niños estuvo en tres eventos en lugares distintos y distantes en poco más de dos horas y en todos se hartaron de chocolate, panetones y recibieron sus correspondientes regalos).  Tambien he sido testigo de cómo muchos niños, al tener tantos regalos juntos no los valoran en incluso los rompen con facilidad o se cansan enseguida de jugar y los dejas tirados en la calle. La pregunta que me hago en voz alta estos días, como conocedor la situación en que viven estos niños y sus familias, y que  quiero hacer tanto a las personas e instituciones que organizan estos eventos, a las parroquias, cáritas o asociaciones de vecinos que colaboran con ellos y a los mismos padres de los niños es la siguiente. ¿ tiene sentido que en unos días los niños se harten de chocolate y panetones y reciban montones de regalos que no van a valorar y luego sigan con desnutrición, con enfermedades de todo tipo, con una vivienda en condiciones infrahumanas y sin materiales escolares para poder tener una educación digna?. ¿ No se podrían darles regalos útiles como mochilas, material escolar, utensilios de aseo e higiene? ¿Tiene sentido gastarse en un show que dura como mucho un par de horas, más de 5.000 soles ? ¿Tenemos la conciencia tranquila porque hemos hecho una buena acción de Navidad y ya podemos entrar en la vorágine del consumismo desenfrenado porque hemos hecho nuestra obra de caridad navideña?  A los católicos les pregunto ¿No entorpece todo esto la vivencia de la autentica navidad cristiana donde el niño pobre e débil del pesebre de Belén tiene que ser el protagonista?
 Algunas personas e instituciones si han dado ya un paso en este sentido marcando un poco el camino a seguir: entregándonos una cantidad de dinero para que lo empleemos nosotros en lo que vemos más conveniente, entregándonos alimentos y juguetes con la misma intención o al menos nos han pedido que le digamos el asentamiento humano que nosotros vemos más conveniente que hagan el evento y en algún caso incluso  nos han pedido que hagamos nosotros la lista de los niños más necesitados. Se que todo el mundo no va a entrar por aquí y que cambiar esto de la noche a la mañana es ir  contracorriente con algo tan establecido en la sociedad peruana y Limeña pero me conformaría con que algunas personas reflexionen sobre el tema y vean cómo podemos coordinarnos mejor de cara al próximo año de los donantes con los que hacemos de intermediarios con las familias( parroquias, cáritas, asociaciones vecinales)  para, sin dejar que los niños reciban su chocolate, panetón y regalo, que no reciban un empacho en cuatro días sino que puedan recibir también ayudas para su alimentación nutritiva, su vivienda, sus enfermedades y sus materiales escola       
                                                     
                                                          Padre José Luis Calvo Vicente
Centro Socio-caritativo Santa Rosa.                                                              
 Parroquia San José de Nazaret. Diócesis de Lurín-Lima Sur

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