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sábado, 28 de diciembre de 2013

NAVIDAD EN LOS CERROS DEL PARAISO MANANTIAL Y JAPON



Os traigo una gran alegría: hoy en  los cerros del Paraiso, de Manantial y de Japón, ha nacido el Mesias, el Señor y esta es la señal: los niños de los asentamientos humanos de Palmeras, Las Nieves,  Balcón del Paraiso, 30 de Octubre, Paraiso Alto, Manantial, Quebrada del Paraiso, Quebrada Alta, 13 de Junio, Japón, San Pedro, Villa Unión, 25 de Diciembre han  degustando chocolatadas y panetones y recibido comida, ropa, juguetes y útiles escolares. Los niños jóvenes y adultos han celebrando el nacimiento del niño Dios, en las humildes Capillas de Santísima Cruz, Virgen del Carmen, Virgen de las Nieves, Virgen de Guadalupe. La alegría profunda de los que nos hemos encontrado con el niño encarnado en las gentes sencillas, humildes y alegres de los asentamientos humanos de los cerros del cono sur de Lima que, como María hemos guardado el misterio del pesebre en nuestros  corazones y, como los pastores hemos vuelto, a nuestras casas llenos de la alegría del evangelio, la alegría que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús y  seguimos dando gloria y alabanza a Dios por lo que hemos visto y oído.
            Son muchas las personas que nos ayudado a que los niños de estos asentamientos, entre los más pobres de los cerros que rodean la macro ciudad de Lima, hayan recibido estas navidades no solo chocolatadas panetones y regalos como es costumbre por aquí, sino además comida, ropa y útiles escolares. La mayoría de los donantes este año nos han hecho caso y en vez de regalar a los niños juguetes (que ya reciben por otros lados) y atiborrarse de chocolate, panetones y dulces, han donado cosas que les van a servir para más de un día (ropa, comida y útiles escolares como mochilas, cuadernos, etc.  Además algunos de estos donantes se han comprometido a seguir ayudando durante el año a estas familias y asi la ayuda será más efectiva pasando de un hecho puntual, en el que muchas veces se busca tranquilizar la conciencia haciendo un gesto con los niños pobres, a un acompañamiento de las familias para que puedan ir saliendo de su situación de marginación y pobreza.

            Las celebraciones en las capillas sencillas de los cerros han sido para mí, en esta segunda navidad en Perú un gozo, una experiencia de vivir en plenitud el misterio de la navidad, de un Dios que se hace pequeño, débil, necesitado, pobre,  para que los débiles, los pequeños, los pobres, puedan encontrarse con él. Con ayuda de las hermanas agustinas misioneras que viven en el Paraiso y los agentes de pastoral de la parroquia San José de Nazaret y de la Cuasi parroquia Sagrado Corazón, en especial los jóvenes que han apoyado las celebraciones con los cantos y con las representaciones del misterio, implicando a los niños, jóvenes y adultos de cada  capilla, he celebrado la navidad en cinco lugares diferentes de estos cerros del cono sur de Lima. He sentido que también una multitud de ángeles, como en las montañas de Belén, han alabado a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los que ama el Señor. Sin duda Dios ama mucho a estas gentes humildes, sencillas, alegres que, a pesar de su situación,  han recibido con la alegría el evangelio, la alegría que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Sin duda Dios me ama mucho que me ha concedido, como dice el Papa Francisco en la Exhortación “Evangelii Gaudium”,  recobrar el fervor y la dulce y confortadora alegría de evangelizar, anunciar la buena notica con alegría, con esperanza sintiendo la fuerza misionera de María, Madre de la evangelización.

                                   PADRE JOSE LUIS CALVO VICENTE

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